El miércoles 27 de marzo, un Airbus A380 de Emirates estaba en el aeropuerto de Moscú Domodédovo cuando un camión chocó con su parte inferior, causándole daños sustanciales. El avión estaba a punto de partir hacia Dubái.
En ese momento, sonaron las alarmas: no es posible transportar (al menos legalmente) piezas de reparación de un avión occidental a Rusia, por lo que Emirates podría llegar a tener graves problemas. Las sanciones aplicadas por la guerra con Ucrania impiden exportar piezas a ese país.
Los emiratos del Golfo respetan las normas occidentales pero, al mismo tiempo, mantienen los nexos diplomáticos con Rusia y, como es evidente, sus aerolíneas vuelan y hacen un buen negocio ante la ausencia de competencia.
Pero dejar un avión parado en Moscú, especialmente uno como este, es un problema. Pero Emirates lo resolvió en poco tiempo. La aerolínea llevó el avión sin pasajeros a Dubái, en un vuelo especial de conexión, con el número de otros vuelos anteriores de la misma naturaleza. Una maniobra para reparar el avión fuera de Rusia, sin piezas de recambio importadas.
El A380 voló con normalidad, lo que indica que el daño causado por el camión no fue tan grave. El vuelo tuvo lugar el 1 de abril. Ahora en Dubái, el avión será devuelto a su condición anterior en los talleres de Emirates.
Vía. Preferente.